martes, 29 de octubre de 2013

El principio y el final es el amor

Te busco, día a día, en el único lugar donde sé que te encontraré con seguridad, en mis sueños. Incluso allí, en ese lugar recóndito de mis anhelos más íntimos, sueño que te busco, pero, de nuevo, no logro encontrarte. Predestinada al desencuentro hasta que deje de jugar en el plano ilusorio, hasta que comience a buscarte en el mundo real. Pero, ¡ay!, el mundo real; vulnerabilidad absoluta al mismo roce del aire.


El día que leas esto sabrás que es para ti. He vivido y estoy escribiéndote desde el otro lado; desde allí, me comunico contigo y desde allí leerás mis palabras, comprendiéndolas sin dilación. Intuyendo que yo también sé que nos queda nuestra despedida pendiente. Mientras tanto, continuaré, también desde mis sueños, invocándote. Allanando el terreno hacia el anhelado adiós. 

2 comentarios:

  1. Un text preciós per una història que intueixo no ho és tant. I és que els adeus sempre tenen alguna cosa de tristor inexplicable (o no).

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  2. Sí, però també té quelcom d'alleugidor Jaume. Són les dues cares de la mateixa moneda! ;)

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