lunes, 26 de marzo de 2012

La vergüenza no sirve para nada

Leyendo el dominical de El País del 4 de marzo encontré un artículo de Xavier Guix, en la sección «Psicología», acerca de cómo se genera el sentimiento de vergüenza en el ser humano y las repercusiones psicológicas que en éste produce. Más abajo aparece el link del artículo pero, para abrir boca, dejo unas citas que me llamaron la atención:

«Nos avergüenza arrastrar a los demás hacia nuestro sufrimiento. ¿Con qué derecho atraemos hacia nuestra aflicción a nuestros allegados? Preferimos callar, sin darnos cuenta que de este modo enturbiamos aún más la relación, introducimos en ella una sombra que se instala entre el tú y el yo. Compartir alegrías es una cosa, pero, ¿quién querrá unirse a nuestras vergüenzas?»
«La vergüenza no sirve para nada, pero crea un escenerio interior de moralidad y muchas veces de culpa. Se convierte así en un arma que el avergonzado entrega a quien le mira. Por eso no nos queda otra solución que confiar en nuestra propia miada. En aceptar la vulnerabilidad como parte del proceso de aprender a ser. Sin silenciarla. Sin esconderla. Expresándola adecuadamente. ¿Acaso existe alguien que nunca en su vida se haya sentido vulnerable?»
¡No tiene desperdicio! Continuaré aprovechando para leer artículos de este psicólogo y escritor que aparecen en su página web.http://www.xavierguix.com/wp-content/plugins/downloads-manager/upload/Verguenza.pdf


P.D: tampoco tiene desperdicio el artículo de la sección «Arte en esta revista», del mismo número, en el que el fotógrafo Outumuro hace una reinterpretaciónde algunos de los cuadros más famosos , de la mano de actores como Juan Diego Botto o Paco León.

Este es el línk de las fotografías:
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/03/02/album/1330691386_791441.html#1330691386_791441_1330691472

«El dolor nos habla de una energía que no fluye y está bloqueda»

El camino del Tantra, el sendero de la felicidad

Ama, respira, vive.
Observa cada amanecer de manera diferente.
Genera paz y entusiasmo. Sonríe. No niegues ni prohíbas nada.
Sé natural, no especules. Vive sin el reloj en la mente.
No seas posesivo. Sé feliz sin depender. Aprecia un cuadro, píntate uno.
Cambia el peinado. Sé un jardinero. Sueña y realiza. Busca tu destino.
Seduce. Confía. Brilla con luz propia.
No te identifiques, eres sólo un pasajero.
Reza. Guarda los secretos. Vuélvete niño. Cultiva el espíritu.
Cuida tu cuerpo. Conoce tus deseos.
Goza. Siente la lluvia. Canta tu tema preferido. Vuélvete creativo.
Sé atento y receptivo. Deja que la luna llena te hechice. Cambia de rumbo.
No critiques, ni condenes. Danza de forma erótica. Siente el fuego.
Confía en ti mismo. No te enfermes, purifícate. Imagina de manera positiva.
Mata la rutina. Libérate. No controles, fluye. Usa la magia.
Vive sin miedos. No pongas trabas: sé simple.
¿Sabes quién eres?
Busca el  éxtasis. No te apagues. Emociónate. No te preocupes.
Usa el tacto. Perfúmate. Sé flexible. Vence lo triste.
No dividas. Sorprende. Vive el presente. Eleva tu energía.
¡Despiértate!
Usa la conciencia, no la moral. No creas en la tradición, busca la causa.
Adáptate a los cambios. Salta fuera de la masa. No busques la seguridad.
Disfruta tu trabajo. Revuélcate en el pasto. Siente el silencio.
Brinda un servicio. Enamórate. Celebra. Supera las pruebas.
Confía en Dios.
No hagas daño. No reprimas lo que sientes. Mira a los ojos. Respeta tu divinidad interior.
Relájate y haz meditación. Vence la pereza. Sigue tu vocación.
Amígate con tu soledad. Observa el cielo. Practica yoga.
Conéctate. No te dejes desacreditar, mantén tu postura.
Exprésate. No guardes rencor. Sé agradecido. Ama a alguien.
Abre la mente. No hables mal de los demás. Sé honesto y divertido.
Concéntrate en dar: así todos recibimos. Ordena tus cosas.
Cierra los ojos, busca lo místico.
Goza del sexo con el Tantra y el Kama Sutra.
Expándete. Comete errores: nunca dos veces el mismo. Llora. No estudies, aprende.
Interpreta los sueños. Usa el poder. No marques el camino. Confía en la intuición.
Llama a tu ángel. Toma la energía del sol. Estírate, pega el salto.
No acumules cosas innecesarias. Ten una cita. Escribe un poema. Respira profundamente.
Haz un regalo. No cargues el pasado. Sé práctico.
Duerme ocho horas. Trabaja ocho horas. Goza ocho horas.
Di «no» a los extremos. Confía en el plan. Busca la evolución. No te dejes dominar.
No generes demasiada expectativa. No te destaques. Cocina tu alimento.
Toma un masaje. Vive en secreto.
Entra en un bosque. No des todo por sentado.
Descubre los mitos. Interpreta los símbolos. Escribe una carta.
Cultiva la telepatía. Ama a los animales.
Prende una vela. Piensa con abundancia.
Destierra la envidia. Siente el misterio.
Observa el universo, no tiene límites.
No sufras por cosas que no existen. Usa tu libertad. No rindas cuentas.
Usa la alquimia. Pide descuento. Sube una montaña. Abraza un árbol.
Sé espiritual y material. No te apures. No te demores. Sigue tu ritmo.
Entiende bien algunas cosas. No hables demasiado. No mires demasiados noticieros.
Vuélvete sabio. Mira para adentro. No eches culpas.
Realiza un viaje. Juega a la vida.
Vuélvete artista.
Suéltate.
Siente tu alma: Ilumínate…

Guillermo Ferrara

lunes, 19 de marzo de 2012

Yo te quiero, yo te adoro...

Ni los Sex Pistols, The Clash o The Gargaj Sifons, el verdadero precedente del movimiento punk es, sin duda, Violencia Rivas. Excelente el humor argentino con la ironía propia que les caracteriza:

http://www.youtube.com/watch?v=NrvPBpL_OUI
«Para contar bien, es necesario sentir lo que se cuenta, aunque a veces el sentimiento puede no tener otro recurso expresivo que el silencio. El decir está en relación directa con el sentir cundo no hay que elaborar lo que se siente, cuando ni se crea ni recrea, cuando se entrega la realidad sin intermediario de ninguna clase. Para la creación literaria, en cambio, hay que dominar el sentimiento. Se parte en ambos casos del sentir, pero se pueden hacer versos o decirlos cuando se está por encima de ese sentir, más allá del sentimiento, cuando se está ya desapasionando, esto es, cuando se entra en la zona de arte, de lo consciente, del saber, de la elaboración trabajosa», Joaquín Casalduero.

Por ello, tal y como señala Montemayor,

«quien tan bien sabe decir lo que siente, no debe sentillo tan bien como lo dice»